Esta planta ofrece una solución a los biorresiduos de origen ganadero que suponen un problema medioambiental.
Esta tipología gestiona de forma sostenible el tratamiento de purines y de residuos orgánicos para la fabricación de electricidad y sustratos para la fertilización.
Esta tipología de planta cuenta con la capacidad para gestionar hasta 165.000 toneladas anuales de residuos, y en ellas se podrá gestionar un máximo de 120.000 metros cúbicos de purines que serán convertidos en biogás y biofertilizantes.
En la planta se gestiona y almacena el purín y otros cosustratos, se realiza la separación por fases de estos biorresiduos, así como el tratamiento biológico de líquido clarificado, la digestión anaerobia de purín bruto, de la fracción sólida y de los cosustratos finalizando con la generación de biogás, que puede ser convertido en electricidad mediante cogeneración y la gestión de los productos finales del procedimiento, que pueden ser utilizados para generar biofertilizantes de rápida absorción por las plantas y fitosanitariamente seguros, lo que evita la acumulación de nitrógeno en los suelos e introducen prácticas de economía circular en la agricultura local.
La tipología de planta valorización por codigestión integra todo el proceso de la producción, gestión y valorización sostenible de los biorresiduos de toda una comarca dentro de un modelo de ciclo de economía circular con grandes ventajas medioambientales, económicas y sociales.
Biogás producido: 2.093.640 Nm3/año
Biometano producido: 481.537,2 Nm3/año
Materia prima: Residuos comerciales, orgánicos industriales y fangos.
Energía térmica producida: 1.734MWh/año
Energía eléctrica producida 350 MWh/año
Destino del Biogás/Biometano: Autoconsumo en las turbinas de cogeneración, autoconsumo térmico en caldera, o suministrado como combustible vehicular en los propios camiones.
En funcionamiento
Este concepto de planta asegura el tratamiento sostenible y ecológico de los purines de las ganaderías locales en un proceso de digestión anaerobia (en ausencia de oxígeno) que evita problemas medioambientales como la emisión de gases de efecto invernadero, la fijación de nitrógeno en los suelos agrícolas o la contaminación de acuíferos, así como molestias a la población por los malos olores o la proliferación de insectos. Por su parte los ganaderos disponen de una alternativa para deshacerse de sus purines de manera sostenible.