Alianzas estratégicas para el crecimiento del sector biogás

Alianzas estratégicas para el crecimiento del sector biogás

El biogás es un recurso estratégico para el proceso de transición energética de España, pero, a pesar de su elevado potencial técnico (163 TWh anuales de biometano), su despliegue se ha visto limitado por barreras normativas, tecnológicas y de financiación.

Ante esta realidad, la creación de alianzas estratégicas entre actores públicos y privados están demostrando ser un factor clave para superar estos obstáculos estructurales, acelerar la ejecución de proyectos y consolidar un ecosistema industrial competitivo.

 

Panorama actual del biogás en España

España cuenta con un notable potencial para la producción de biogás y, especialmente, de biometano, su versión purificada apta para inyección en la red gasista. Según estimaciones de Sedigas, la capacidad técnica del país permitiría generar hasta 163 TWh anuales de biometano, lo que equivale a cerca del 45 % del consumo nacional de gas natural. Esta cifra sitúa a España como uno de los países con mayor capacidad de desarrollo en el ámbito de los gases renovables dentro del contexto europeo.

A pesar de estas perspectivas, el sector todavía se encuentra en una fase incipiente de desarrollo industrial. El número de instalaciones operativas es reducido en comparación con otros países del entorno, y el ritmo de implantación ha sido históricamente lento.

No obstante, se observan señales claras de aceleración, especialmente en comunidades autónomas como Andalucía, donde se proyectan más de 50 nuevas plantas, con una inversión estimada de 1.400 millones de euros y la creación de 3.500 empleos directos.

Este desarrollo desigual responde, en gran medida, a una serie de barreras estructurales que han condicionado el crecimiento del sector:

  • Fragmentación y rigidez del marco regulatorio, con competencias compartidas entre distintas administraciones que dificultan la tramitación de proyectos.
  • Escasez de mecanismos financieros estables y específicos, que reduzcan el riesgo para los promotores y garanticen la viabilidad económica a largo plazo.
  • Desafíos tecnológicos y logísticos vinculados a la recolección, tratamiento y valorización eficiente de residuos orgánicos, especialmente en zonas rurales dispersas.

Adicionalmente, el biogás todavía compite en desventaja frente a otras tecnologías renovables maduras, como la solar fotovoltaica o la eólica, tanto en términos de visibilidad institucional, como de acceso a incentivos.

Sin embargo, el contexto energético actual —marcado por la necesidad de diversificación, seguridad de suministro y descarbonización— está generando nuevas oportunidades para el sector.

El biogás se posiciona como una solución estratégica al integrar beneficios energéticos, ambientales y territoriales. Y en este escenario, la colaboración entre agentes del sector público y privado se ha vuelto indispensable para dinamizar la cadena de valor, superar cuellos de botella normativos y movilizar inversiones sostenidas.

 

Alianzas estratégicas: tipologías, alcance e impacto

Las alianzas estratégicas en el sector del biogás se están configurando como instrumentos estructurales que permiten movilizar recursos, compartir conocimientos técnicos, reducir riesgos y acelerar el desarrollo de proyectos en todas las fases de la cadena de valor del biogás.

Así, se pueden dar:

 

Alianzas entre empresas privadas

Este tipo de colaboración destaca por su capacidad para combinar experiencia técnica, solvencia financiera y capacidad operativa.

Un caso paradigmático es el acuerdo entre Naturgy e Hispania Silva, orientado a la construcción de hasta 30 plantas de biometano antes de 2030, con una capacidad de generación conjunta de 2,5 TWh anuales, equivalente al consumo de 500.000 hogares. Estas plantas estarán distribuidas por todo el territorio nacional, y su puesta en marcha implicará una significativa reducción de emisiones —alrededor de 450.000 toneladas de CO₂ anuales— así como un impulso al desarrollo territorial.

Otro ejemplo relevante es la plataforma The Green Vector, fruto de la colaboración entre Genia Bioenergy y Enagás Renovable. Esta iniciativa busca desarrollar proyectos de biogás y biometano con una visión integral que incluye la financiación, operación, divulgación y escalabilidad del modelo.

The Green Vector representa una nueva generación de alianzas empresariales orientadas no sólo a la producción, sino a la consolidación de un ecosistema energético basado en gases renovables.

 

Colaboraciones público-privadas

El modelo de colaboración público-privada está emergiendo como una herramienta clave para dinamizar el sector.

La Alianza Andaluza del Biogás (A2BiO) constituye un ejemplo pionero a nivel autonómico. Impulsada por la Junta de Andalucía, integra a más de 90 entidades, entre las que se encuentran empresas, universidades, centros de investigación y administraciones públicas.

Esta alianza ha desarrollado una hoja de ruta compartida que busca maximizar el aprovechamiento energético de la biomasa, promover la inversión y reducir las barreras administrativas, con un enfoque transversal que abarca energía, sostenibilidad, medio ambiente, agricultura y desarrollo rural.

Además de fomentar la innovación y la eficiencia regulatoria, la A2BiO prioriza el impacto social positivo en zonas rurales, mediante la creación de empleo, la formación especializada y la dinamización económica local.

 

Asociaciones sectoriales

Las asociaciones sectoriales cumplen un rol clave en la articulación y expansión de alianzas.

La Asociación Española de Biogás (AEBIG) ha consolidado su posición como actor vertebrador del ecosistema, facilitando la cooperación entre empresas, promoviendo jornadas técnicas y foros de intercambio, e impulsando el diálogo con las administraciones. Su pertenencia como miembro fundador a la Asociación Europea de Biogás (EBA) amplía la proyección internacional del sector español, permitiendo importar mejores prácticas, acceder a financiación europea y conectar con mercados más avanzados.

AEBIG también actúa como catalizador de iniciativas multilaterales, como demuestra su implicación en congresos sectoriales y su colaboración con asociaciones tecnológicas que refuerzan la capacidad del sector para afrontar desafíos técnicos y regulatorios de forma coordinada.

 

Impactos y desafíos de las alianzas estratégicas en el crecimiento del biogás

Las alianzas estratégicas han demostrado ser instrumentos eficaces para potenciar el crecimiento del sector del biogás en España, tanto en términos productivos como sociales y medioambientales.

Sin embargo, su consolidación enfrenta barreras significativas que deben ser superadas mediante una sólida coordinación y un entorno regulatorio más favorable.

 

Impulso a la capacidad productiva y eficiencia tecnológica

La colaboración entre agentes con competencias complementarias permite escalar proyectos y mejorar su viabilidad técnica. Además, el intercambio tecnológico entre socios acelera la adopción de soluciones avanzadas en procesos como la digestión anaerobia, la purificación del biogás y la valorización de subproductos, posicionando al sector como motor de innovación energética.

 

Contribución a la sostenibilidad ambiental y la descarbonización

El biogás permite transformar residuos orgánicos en energía renovable con balance neutro de carbono, convirtiéndose en una solución estratégica para la descarbonización. Con la creación de alianzas estratégicas, este impacto se maximiza.

Estas colaboraciones también favorecen una mejor gestión de residuos agroganaderos e industriales, reduciendo olores, contaminación de suelos y aguas, y alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente en los ámbitos de energía limpia (ODS 7) y acción por el clima (ODS 13).

 

Impacto socioeconómico y vertebración territorial

Una de las grandes fortalezas del desarrollo del biogás es su anclaje en zonas rurales, donde estas instalaciones generan empleo directo e indirecto, promueven la formación especializada y fomentan la retención de población.

La Alianza Andaluza del Biogás, por ejemplo, incorpora en su hoja de ruta un enfoque explícito sobre el impacto económico local y la capacitación profesional, contribuyendo a una transición energética con justicia territorial.

 

Barreras normativas y necesidad de coordinación institucional

A pesar de los avances, el sector sigue enfrentando obstáculos regulatorios.

La dispersión normativa, la multiplicidad de organismos competentes y la falta de incentivos específicos dificultan la planificación y ejecución de proyectos.

Desde la AEBIG, se ha subrayado la urgencia de establecer un marco normativo claro, coherente y estable, que favorezca la inversión y agilice la tramitación administrativa.

 

Aceptación social e integración territorial

El éxito de una planta de biogás no sólo depende de su rentabilidad, sino también de su aceptación social y su integración en el entorno local.

Las alianzas deben diseñarse considerando a los actores locales (administraciones, comunidades y empresas) y garantizando que los beneficios económicos y ambientales sean percibidos por el territorio. Como señaló Luis Puchades (Biovic), “una planta de biogás solo será sostenible si se integra bien en su entorno local”.

 

Innovación continua e internacionalización

El avance tecnológico es un factor crítico en un sector en rápida evolución. Las alianzas permiten repartir los riesgos de innovación, compartir conocimiento técnico y escalar soluciones exitosas.

Iniciativas como la de The Green Vector o las promovidas por AEBIG en colaboración con plataformas europeas, demuestran que la internacionalización y la conexión con redes europeas son fundamentales para incorporar buenas prácticas, acceder a fondos comunitarios y posicionar a España como referente en gases renovables.

 

El crecimiento del sector del biogás en España depende, en gran medida, de la consolidación y expansión de alianzas estratégicas entre empresas, administraciones públicas y asociaciones. Estas colaboraciones van a permitir superar barreras históricas, actuando como catalizadores de inversión, innovación y sostenibilidad.

La cooperación es el camino más eficiente para lograr un despliegue del biogás territorialmente equilibrado, tecnológicamente avanzado y ambientalmente responsable. Sin embargo, para que las alianzas prosperen, será necesario establecer un entorno regulatorio más favorable, fomentar la aceptación social de los proyectos y reforzar la conexión internacional del sector.

Las alianzas estratégicas bien diseñadas serán las que definirán el rol futuro del biogás en el sistema energético español.